Domingo 07 de julio 2024

Una conferencia de prensa que aumentó la incertidumbre

Redacción 05/07/2024 - 00.54.hs

La respuesta no se hizo esperar: el dólar blue y las cotizaciones financieras superaron los 1.400 pesos, las acciones de los bancos se desplomaron y el riesgo país volvió por arriba de los 1.500 puntos. En tanto, los productores siguen sentados sobre los granos por un valor estimado de 17.100 millones de dólares.

 

Eduardo Lucita *

 

Luego de la aprobación de la ley Bases y el paquete financiero, el gobierno afirmó que se entraba en una nueva etapa. Esto se confirmó en la conferencia de prensa que dieran el viernes pasado el ministro de Economía y el presidente del Banco Central.

 

Sin embargo la conferencia de prensa fue una gran decepción para los “mercados” y los sujetos económicos. Se suponía que se anunciaría el fin de las regulaciones cambiarias (cepo) o al menos una fecha tentativa para levantarlas. Rumores de pasillos ministeriales esperaban que se anunciara la disminución de 10 puntos del impuesto País y una devaluación compensada del 10%. Nada de eso sucedió. Es que la nueva etapa consistiría en lograr la emisión cero y en reafirmar que no se pensaba en devaluar, que seguirán el dólar ”blend” para exportadores y el “crawling peg” del 2% mensual sobre el dólar oficial, mientras que el levantamiento de los controles cambiarios quedaría para una tercera etapa, sin fecha de inauguración.

 

Mensajes y contramensajes.

 

Todo pareció ser un mensaje tanto a los mercados, para tranquilizarlos dada la volatilidad del momento, como a los productores para que liquiden la cosecha. Incluso más, tanto el ministro de Economía como el presidente del Banco Central estimaron que en los próximos meses perderían unos 3.000 millones de dólares de reservas. Doblaron la apuesta, diciéndoles a los productores podemos aguantar aunque no liquiden.

 

La respuesta no se hizo esperar: el dólar blue y las cotizaciones financieras superaron los 1.400 pesos, las acciones de los bancos se desplomaron y el riesgo país volvió por arriba de los 1.500 puntos. En tanto, los productores siguen sentados sobre los granos por un valor estimado de 17.100 millones de dólares.

 

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El principal anuncio fue que la deuda del Central (pases pasivos ) técnicamente llamados “pasivos remunerados” (pagan intereses) se cambiaría por una nueva letra y pasaría al Tesoro Nacional. La deuda no desaparecerá, es un pase de jurisdicción, su efecto principal es que el Central deja de pagar intereses, que han constituido un monto más que significativo de la emisión de los últimos meses. Cálculos privados estiman que en términos reales la actual emisión es superior en un 5% a la de igual período del año pasado.

 

Además, a partir de este cambio de tenencia, los bancos serán acreedores del gobierno nacional, lo que abre la posibilidad de una crisis bancaria (recordar el reperfilamiento del macrismo). Más aún, como ahora los intereses de esa deuda los debe pagar el Tesoro (que no emite moneda) se hará necesario un mayor ajuste de las cuentas públicas para tener los excedentes financieros necesarios.

 

Todo focaliza en la emisión cero. Como el gobierno insiste en que logró el equilibrio fiscal no tendría necesidad de financiar déficit. Si además el Central deja de pagar intereses y por

 

ahora no hay compra de dólares, tampoco hay necesidad de emitir. Con la mítica emisión cero lograrían mantener constante la base monetaria.

 

Inflación, principal objetivo.

 

En este marco, la apuesta del ministro Caputo es profundizar la baja de la inflación. La postergación de la suba de tarifas va en esa dirección, alentada además por la fuerte desaceleración que mostrarían los precios de alimentos y bebidas en junio. Esto se completaría, en agosto-septiembre, con la rebaja de unos 10 puntos del impuesto PAIS.

 

Con emisión cero, mantener estables las tarifas de servicios públicos y la promesa de rebajar impuestos, no hay que descartar una mayor desaceleración de la tasa de inflación para agosto. En el planteo del ministro, esto tendría dos puntos positivos: por un lado alentaría la tendencia a mejorar la capacidad adquisitiva de los salarios e ingresos fijos y por el otro aportaría a sostener los altos niveles de aceptación que mantendría el gobierno de Milei.

 

Nada es fácil.

 

Sin embargo, tal es la crisis en que se ha metido el gobierno que cualquier medida que tome tiene efectos contradictorios. Si termina cediendo a las presiones de productores, del FMI y de los gurúes de la Cyti, ingresarían dólares a las reservas y podrá levantar el cepo, y también ingresarán recursos fiscales vía retenciones para hacer frente a las deudas en pesos. Pero también correrá el riesgo de un nuevo fogonazo inflacionario que termine alterando la relación de precios relativos alcanzada, aunque aún incompleta y reduzca más aún el poder adquisitivo de la ciudadanía y profundice la recesión.

 

Por el contrario, si logra resistir las presiones y sostener la actual política cambiaria –bala de plata del ministro Caputo- la inflación continuará desacelerándose, aún en niveles altos, el poder adquisitivo tendrá una leve mejoría que no impactará mayormente en el consumo, mientras que la recesión continuará, si no se profundiza más aún.

 

La conferencia de prensa del ministro y del presidente del Banco Central fue un verdadero fallido. Al contrario de tranquilizar a los mercados, los alteró más de lo que estaban. Es que los “mercados” dudan de la capacidad de repago de la deuda, tanto en pesos como en dólares. La recesión recorta los ingresos fiscales, más aún si se reduce el impuesto PAIS, mientras que si no entran dólares, no aumentan las reservas, y sin reservas no se puede levantar el cepo. Se preguntan: ¿Cómo hará el gobierno para afrontar los vencimientos de la deuda externa en los próximos tres años, a razón de un promedio de 14.000 millones por año?

 

Nadie alcanza a ver luz al final de este túnel.

 

* Integrante del colectivo EDI (Economistas de Izquierda).

 

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