Condenado por abusar de una niña

(General Pico) - La Justicia piquense condenó ayer al mediodía a un hombre de 40 años de edad, a la pena de tres años de prisión de ejecución condicional, tras encontrarlo culpable del delito de abuso sexual simple continuado. Además le impuso como reglas de conducta, la obligación de fijar residencia, someterse a un tratamiento psicológico y establecer restricción de acercamiento y de comunicación para con la damnificada y su grupo familiar.
El tribunal colegiado, integrado por los jueces de audiencia Florentino Rubio, Fabricio Losi y Carlos Pellegrino, a lo largo de dos audiencias que se desarrollaron la semana anterior, juzgó diferentes hechos que fueron denunciados en septiembre del año anterior y que ocurrieron hace más de siete años.
La madre una de niña abusada pidió que no trascendiera el nombre del acusado para que no se pueda identificar a la víctima a raíz de la relación que se podría trazar, por la cercanía que tiene con el círculo familiar. La mujer denunció que el condenado abusó de su hija cuando ésta tenía entre 5 y 8 años de edad, de manera que la obligaba a desnudarse y le realizaba distintos tocamientos.
En este caso la Fiscalía estuvo representada por Ana Laura Ruffini, y la defensa estuvo a cargo de Guillermo Constantino. En el inicio del debate, el acusado, al hacer uso de su derecho de declarar, negó la autoría de los hechos que se le imputaron y expuso su inocencia. Luego pidió ampliar la declaración, en la cual volvió a negar los hechos, y manifestó que la madre de la menor llevaba adelante esta denuncia, quizá para enmendar el hecho de que habría descuidado la crianza de su hija.

Cercanía a la familia.
Uno de los testimonios más importantes fue el que brindó la psicóloga Adriana Piras, quien entrevistó en dos oportunidades a la menor en Cámara Gesell. La profesional manifestó que el relato que hizo de los hechos la menor, es "creíble", y que no ha fabulado. Además refirió que la niña, que tenía un excelente desarrollo académico, y que tuvo una merma en su rendimiento, que fue coincidente con la fecha en la que fue abusada.
La madre de la niña manifestó que en septiembre de 2013, su hija le contó sobre los abusos y manifestó conocer el nombre del abusador. Se quedó sorprendida puesto que se trataba de un hombre muy apreciado por la familia, y que además es la pareja de la mujer que es madrina de la víctima.
El acusado tras cometer los abusos, le habría dicho a la menor que si contaba lo sucedido nadie le iba a creer y que iba a generar un "desastre" en el entorno familiar, por el cual era muy bien considerado. Según contó la madre, su hija fue abusada en cinco o seis oportunidades, cuando cursaba los primeros años del colegio primario.
También declaró la actual y la ex pareja del imputado, el abuelo materno de la menor, y distintos peritos que atendieron a la víctima, como una psicopedagoga que le hizo un seguimiento entre los años 2006 y 2007. La menor también fue abordada por el médico forense Graciano Masó, quien elevó un informe que fue incorporado a la causa. Además declaró el psiquiatra forense Marcos Koncurat, quien examinó al imputado, y concluyó que ha consumido cocaína y otros tipos de sustancias tóxicas, de manera ocasional.
En los alegatos de clausura, Ruffini pidió que se calificaran los hechos como abuso sexual simple y abuso sexual gravemente ultrajante, para lo cual pidió alejarse del mínimo de pena que establece el código penal para esta figura y solicitó que se lo condene a cinco años de prisión. En cambio, el defensor pidió la absolución del hombre, al argumentar que la no era claro el audio de la entrevista en Cámara Gesell realizada a la menor, siendo que esa era una de las principales pruebas aportada por la fiscal. El tribunal, al entender que el acusado no tiene antecedentes, determinó aplicarle una pena de tres años de prisión de ejecución condicional.