Miércoles 03 de julio 2024

Recetas y sabores en expansión

Redaccion Avances 01/07/2024 - 13.15.hs

En aquel octubre de 2018 que parece tan lejano seguramente ni el sueño más arriesgado tenía las imágenes que hoy, tan poco tiempo después, son una realidad. Tres bocas propias de expendio (dos en Santa Rosa y una en Toay), la fábrica y decenas de lugares donde los productos se exhiben y se venden en distintas localidades de La Pampa. Es la marca “Pasta y Basta”, un nombre que se erigió en referencia a la hora de probar y comer los más ricos sabores artesanales.

 

“Estamos en un momento en el que cuando parás un poco te da un poco de vértigo por todo lo que implica el crecimiento, por supuesto que nos provoca alegría pero sobre todo agradecimiento a nuestra clientela, porque todo el tiempo llega gente nueva que te dice ‘me los recomendaron mi abuela, mi tía, mi vecina, en el trabajo’. Y eso tiene un valor impagable”, resalta Lucas Somovilla, pareja de Ayalén Gordillo Alvarez, una macachinense que es chef internacional pero que recurrió a las recetas de su abuela para crear sabores que generan bienestar.

 

Sorrentinos, ñoquis, lasagna, ravioles, tallarines, canelones, tartas, empanadas de verdura. Los sabores clásicos de jamón y queso, cuatro quesos o ricota, pero también especialidades como los sorrentinos de osobuco, de salmón o de vacío, los ravioles con masa de espinaca y rellenos de zapallo y queso. Canelones con verdura y seso. Tallarines tinta calamar. También salsas y hamburguesas saludables. La lista es interminable y cada vez más tentadora. Todo se consigue en Leandro Alem 174, en Trenel 1705 y en Roque Sáenz Peña 1254 de Toay.

 

Las distintas variedades también se consiguen en negocios y despensas de distintos barrios santarroseños y en localidades como Macachín, Alpachiri, General Campos, Lonquimay y otras (el contacto de WhatsApp es el 2954 231455 además de las redes sociales como Facebook e Instagram).

 

“Sabemos que es un contexto difícil del país y por eso tenemos todas las promociones con tarjetas de los bancos. La campaña que lanzó el Banco Pampa generó mucho movimiento y eso la gente lo agradece porque le ofrece otras posibilidades. Por suerte mantuvimos el ritmo de trabajo yel cliente responde”, resalta Lucas.

 

“Cuando abrimos en Toay, hace dos años, era un pedido de muchos de los clientes que los domingos a la mañana tenían que viajar hasta Santa Rosa, para buscar el almuerzo, así que nos animamos, encontramos un lugar frente a la plaza y por suerte nos va muy bien con esa sucursal”, destacaron los responsables de un emprendimiento familiar que supo crecer y brindar fuentes laborales.

 

“Hay que hacer una mención especial a todo el equipo de trabajo que tenemos detrás, son el motor clave para que todo funcione. En Toay está Roxana, en el local de la calle Trenel está Camila, en la Alem la mamá de Ayalén, Estela, junto a Antonella. Y en la fabricación Gustavo, Débora y Pamela”, remarcó Lucas al nombrar a quienes componen Pasta y Basta cada día.

 

Artesanal.

 

El sueño de Ayalén era el de tener una fábrica y local propio para elaborar y vender pastas artesanales. Sin aditivos, sin conservantes, con casi todo hecho a mano y hasta con los tallarines aireándose en un tendal en el patio.

 

“Arranqué con un palo de amasar y un molde a vender sorrentinos en la familia y a los amigos. A la semana mi suegra me prestó una pastalinda y al mes compré la mía. Ahí ya me empezó a picar la idea de abrir un negocio y en ese momento salió una promoción en la que ofrecían una sobadora y una amasadora. Hubo un momento en que llegué a hacer 400 kilos de ñoquis porque mi sobrina iba a la Escuela Normal y necesitaban juntar plata. Yo me ofrecí a hacerlos a mano pero claro, después no llegaba con el tiempo así que tuve pedir ayuda a un montón de gente porque si no los plazos no daban de ninguna manera, una locura. Ahí fue donde dijimos que teníamos que hacer algo”, recordaba Ayalén sobre el origen de ‘Pasta y Basta’.

 

Una vez que arrancó, el proyecto siempre estuvo en crecimiento y por eso Lucas dejó su trabajo en una droguería para incorporarse al negocio, por eso a la charla con LA ARENA llega con paso apurado, anotando pedidos y otras demandas mientras en el local no para de ingresar gente.

 

“Me encargo de todo lo que es administrativo y todo lo que haya que hacer porque Ayalén es la encargada de la parte gastronómica específicamente”, señala Lucas y enseguida recuerdan el momento previo a la apertura en Toay.

 

“Recuerdo que cuando estábamos buscando un lugar en Toay y yo estaba saliendo del Covid, había estado muy mal, y veo en Instagram que se alquilaba este local a las 11 de la noche, y sin consultar con Lucas, le escribí que me lo guardara. La chica me contestó ‘hablamos mañana, en un horario más acorde’, y le digo ‘acabas de publicarlo, por favor guardamelo’. Lo fuimos a ver apenas tuve el alta y lo cerramos”.

 

 “Está muy bueno porque está en frente de la plaza, son locales reconstruidos en lo que fue la casa del fundador del pueblo, tienen una historia detrás. Y en esa cuadra justamente hay una heladería y una casa de sushi, que son de Santa Rosa, y nosotros dijimos, ‘acá tiene que estar Pasta & Basta’. Sentía que era ahí, o no abríamos en Toay”, añadió.

 

Opciones variadas.

 

Además de la casa central en la calle Alem de Santa Rosa, en pocos años Pasta & Basta logró tener presencia en una sucursal en el barrio Empleados de Comercio, en Toay y además, como Ayalén es de Macachín, en los dos supermercados más grandes de la localidad tienen freezers propios para ofrecer su producción.

 

“Tenemos una carta muy grande, muy amplia, y no damos abasto porque todo lo que hacemos, la gente lo pide”, aseguran desde Pasta y Basta, que sigue con su crecimiento pero sin perder su esencia, la de una receta de la abuela que no tiene imitación.

 

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