Sabado 29 de junio 2024

La Pampa celebró el We Tripantu

Redacción 23/06/2024 - 09.25.hs

“Esperamos que sea un año próspero en abundancia, armonía y que la naturaleza actúe con nosotros”, expresó Cristina Fiorucci, integrante de la comunidad Willi Antü. Durante el fin de semana celebraron el We Tripantu, es decir el nuevo año ranquel, con muchas actividades y rituales emotivos que reunieron a varias comunidades de la provincia y a público general.

 

El We Tripantu es la celebración más importante de los pueblos indígenas de América del Sur y tiene lugar desde el 21 hasta el 24 de junio de cada año, que coincide con el solsticio de invierno: el día en que el sol está más lejos de la tierra, donde el día es más corto y la noche más larga.

 

El espacio elegido para la celebración central que se desarrolló ayer fue el Mercado Ranquel, ubicado sobre la ruta nacional 35, al sur de Santa Rosa. La comunidad Willi Antü fue la anfitriona de la jornada y hubo distintas actividades. Durante la mañana, tuvo lugar el taller de cerámica ancestral y por la tarde demostración de danza ranquel y juegos (chueca y boleada). A la noche se encendió el kütral sagrado y luego de una rica comida comenzó la procesión alrededor del rewe para esperar el nuevo año y pedir buenos deseos para las comunidades. Tras la vigilia, la jornada finalizó esta mañana.

 

Concepto de preexistencia.

 

Las actividades en el Mercado Ranquel de la Comunidad Willi Antü comenzaron durante el mediodía de ayer con un taller de cerámica ancestral y una charla sobre arqueología a cargo de la ceramista Cristina Fiorucci y el arqueólogo Rafael Curtoni. “Vinieron ceramistas y estudiantes de arqueología de la Universidad de Olavarría. La experiencia tuvo como objetivo difundir la historia de la cerámica ranquel, fue una actividad de elevado nivel”, afirmó Fiorucci en diálogo con LA ARENA y recalcó que su trabajo dentro de la comunidad es el de “rescate de la cerámica ranquel”.

 

“Con arcilla de Santa Isabel hicimos una pieza en la cual aplicamos elementos de la simbología, como las pinturas rupestres porque estamos reforzando el concepto de la preexistencia de ranqueles en nuestro territorio. También mostramos la marca de ganado Ramón Cabral “El Platero”, uno de los sobrevivientes de la ‘conquista del desierto’”, desarrolló y contó que muchos de los estudiantes “experimentaron, por primera vez, modelar ellos mismo el cuenco”.

 

Alrededor del fuego.

 

Luego de un almuerzo “familiar”, por la tarde comenzaron a correr las tortas fritas y rápidamente se prendieron los fuegos “maravillosos” para el asado, como describió la ceramista. La profesora de danza Diana Oliva se encargó del taller de danzas ancestrales para organizar la ceremonia con danzas alrededor del fuego.

 

En ese marco, Fiorucci explicó que el We Tripantu es una celebración “de tiempos ancestrales” para “unir el sol y la luna de la última noche con la primera del año nuevo. Hay vigilias, canto, danzas y meditación al lado del rewe”, el objeto sagrado de la comunidad ranquel, la conexión con la madre tierra. Hecho en tronco de caldén, tiene unos dos metros de altura y en la parte superior hay un hueco donde se depositarán las ofrendas. También tiene cuatro escalones tallados. El número cuatro (meli) está siempre presente en la cultura ranquel. Son los puntos cardinales, las estaciones del año, la medida de las varas de las lanzas y los elementos de la naturaleza.

 

“En el rewe se ponen las ofrendas y alrededor del mismo se hace la ceremonia, se intencionan los buenos deseos de las comunidades indígenas de La Pampa y el mundo, que tienen que ver con el cuidado de la naturaleza”, agregó la integrante de la comunidad Willi Antü.

 

“Después de la vigilia, cuando sale el sol se deja de alimentar el fuego sagrado y empieza la ceremonia, se dan cuatro vueltas alrededor del rewe y se hace una rogativa en lengua ranquel. Es una ceremonia muy energética, quedamos muy conmovidos, porque se hace un intercambio de energía amorosa porque estamos en una acción muy noble. Se termina con un desayuno”, agregó y destacó que este año “se abrió al público” por lo que participaron personas que no pertenecen a las comunidades. “Esperamos que sea un año próspero en abundancia, armonía y que la naturaleza actúe con nosotros”, finalizó.

 

Una transmisión oral milenaria.

 

La celebración del We Tripantu invita a recordar las palabras que escribió Germán Canuhé en 1999 y que rescató Cristina Fiorucci. “Aunque muchos aún no lo comprendan bien y otros prefieran seguir mirando a Europa lo que sucede es, nada más y nada menos, que nuestro año nuevo. Es lo que hemos heredado de nuestros ancestros (kuivi keche)”, relató.

 

“Lamentablemente, por tratarse de transmisión oral, no tenemos la cuenta pero seguramente serán muchos milenios más de los que nos impone el Norte. Venimos de la tierra y a ella retornaremos. Rindamos en este día homenaje a nuestra Ñuke Mapu y pidámosle: buen año, buena salud, que troquemos justamente nuestro esfuerzo por valores suficientes para mantener nuestra familia, vestirla, educarla, y que retornen nuestro valores que aún no han sido superados: respeto por el ser humano, por el medio ambiente, que reine la solidaridad, la ayuda mutua, el esfuerzo compartido”, continúa el texto.

 

“Que occidente comprenda el significado de los opuestos complementarios y que de la misma forma cuando allá es día, aquí es noche y viceversa, y que no podrán cambiarlo; tampoco podrán hacer de nuestro continente su par, su igual, su similar, que más tarde o más temprano los habitantes de América volverán a ser lo que fueron, porque así estaba y así será”, agrega.

 

Oración.

 

El documento afirma que “el cambio comenzará cuando alguien con poder o acceso a él entienda que es hasta ridículo festejar el año nuevo en América del sur en la misma fecha en que sí nace el año en Europa, no aquí. Nosotros los indígenas de este continente seguiremos con nuestra prédica hasta que seamos escuchados”.

 

“Para que todos estos deseos se cumplan, a la salida del Antü (sol) el 24, cada uno tomará una herramienta de cavar, o con las manos, y donde tenga un poco de tierra, haga un pequeño pozo e introduzca en él comida y bebida en ofrenda a nuestra Ñuke Mapu, mientras piensa en lo hasta aquí escrito y lee la siguiente oración: ‘Este día, arrodillado en la tierra, dame buen cielo, buen pasto, muchos bienes y mucha fuerza de lucha por nuestra tierra rankül, danos gran Padre Soychu de La Pampa’”.

 

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