“Susy” celebra la vida a los 102 años

Se conocen cada vez con mayor asiduidad que hay personas longevas, que incluso llegan a superar la centuria. Es el caso de “Susy” Hernández que, precisamente hoy, está arribando a sus 102 años. Nada menos.

Rodeada del afecto de sus familiares más cercanos, Susana Isla Rodríguez Hernández, se encuentra recibiendo saludos desde hora temprana, y espera ansiosa que mañana su hijo Dardo (el otro era Heraldo Hernández, destacado músico fallecido en 1975 en un accidente) le organice una reunión celebratoria. En esta oportunidad estarán presentes sus nietas, otros familiares y amigos, y “Susy” espera con una sonrisa su fiestita de cumpleaños.

Luce lúcida, alegre, vivaz, “Susy” está muy bien de salud, y no recibe ningún medicamento salvo alguna que otra aspirina.

Nacida en 1922 cuando gobernaba el país Hipólito Yrigoyen -primer mandato-, el mismo año en que lo sucedería Marcelo T. de Alvear, y tiempos en que la provincia de La Pampa era todavía Territorio Nacional.

Puntana que vio la luz en Cochequingan, San Luis, “Susy” era hija de Julián, que fue leonero y se dedicaba a tareas rurales; en tanto su mamá se llamaba Juliana.

Sus primeros años también supieron de vivir en Nueva Galia junto a su familia, pero luego el grupo fue a Pichi Huinca. Allí Susy iba a conocer el amor: se casó con Jesús Hernández (falleció en 2002 a los 86 años), con quien tuvo a sus dos hijos: Heraldo y Dardo. Luego, en 1947, vendría el momento de residir en General Pico, donde Jesús siguió vinculado a las tareas agrarias.

En 2002, después del fallecimiento de su esposo, decidió venirse a Santa Rosa, donde está desde hace mucho tiempo su hijo Dardo -ingeniero agrónomo recibido en la UNLPam-, quien religiosamente la visita todos los días, mañana y tarde.

Una mujer activa.

Aunque dedicada mayormente a tareas del hogar siempre fue una mujer muy activa, que tejía, bordaba y cuidaba de sus hijos. Hoy mismo todavía pinta un poco, y el motivo recurrente para ella son los caballos.

Cada día su hijo Dardo la visita –por la mañana y por la tarde-- y suele sacarla a pasear por la ciudad, lo que dibuja en “Susy” una sonrisa descubriendo cada vez nuevos lugares de esta Santa Rosa.

De a ratos la mirada de “Susy” queda como viendo un punto fijo, quizás como repasando tantas historias de su linda vida.

Es Dardo el que asegura que “en general está muy bien. Duerme muy bien y no toma ningún medicamento... sólo una aspirineta. Está fantástica, mejor que cuando llegó a los 100, porque esa vez había tenido un accidente doméstico…”.

“Ella es el tesoro de la familia, y así la cuidamos”, completa el hijo.

Su familia la componen sus nietas, Florencia y Chuli; y sus dos bisnietos, Felipe (5) y Bautista (3).

“Ama los caballos”, ratifica Dardo. Cuando la visitan tendrán que esperar un poquito que ella abandone su posición frente al televisor, en la que puede estar bastante tiempo.

Hasta no hace mucho pintaba y leía, pero ahora ya casi no lo hace. “Lo último que leyó fue la biografía de Horacio Guarany, también algunas cosas de Atahualpa Yupanqui y algo sobre la vida de Juan Bautista Bairoletto”, completa Dardo.

Pasa buenos momentos la abuela cuando sus cuando sus nietas --y también la mamá de Flor y Chuli, Graciela-- se contactan con ella por videollamada.

Susana está con todos los sentidos perfectos, muy lúcida, y no requiere medicación.

Se llama Susana Isla Rodríguez y acaba de cumplir sus 102 años. Si eso no es un canto a la vida...