Martes 25 de junio 2024

“Es muy difícil si no hay fondos”

Redacción 13/05/2024 - 00.15.hs

“Estamos muy orgullosos como pampeanos de poder desarrollar nuestra investigación aquí y poder cooperar y estar a la altura de instituciones de renombre mundial”, dijo la doctora en Química, Gisela Weiz, que es parte del equipo de investigación que desde hace tiempo trabaja en una investigación biológica sobre un fármaco con efecto antitumoral en el cancer de hígado.

 

Gisela integra el equipo que dirige el docente e investigador de la UNLPam y el Conicet Javier Breccia, y la línea de investigación que siguen “a través de un convenio en forma conjunta con el Hospital Austral, una institución muy conocida, pasa por modificar compuestos que tienen actividad biológica, es decir, fármacos. Modificamos ciertos fármacos para modificar su actividad, y el grupo logró identificar que hay una molécula que estamos produciendo que actúa contra celulas malignas. Se han hecho pruebas con ratones, y esperamos que en un par de años se pueda utilizar en humanos”, confió.

 

Más allá de lo valioso del equipo que integra, y la investigación que llevan adelante, cabe destacar -en estos momentos en que se ataca a la educación- que Gisela Weiz es una pampeana, nacida en Santa Rosa, que proviene de una familia de trabajadores que pudo graduarse, precisamente, en una universidad pública.

 

La joven está casada con Federico Vendramini, profesor de Educación Física, con quien tienen a Joaquín. Además su padre, Ricardo, fue trabajador del Banco de La Pampa; en tanto su mamá fue empleada de la Administración Pública Provincial. Hizo la primaria en la Escuela 22; la secundaria -en ese momento EGB y Polimodal. EGB- en la Unidad Educativa nº 2 del barrio Aeropuerto; y Polimodal en la Escuela Normal. Después hizo la licenciatura en Química en la Universidad Nacional de La Pampa, y se graduó como Doctora en Química en la Universidad Nacional de La Plata. Desde 2013 a 2018 ha sido becaria doctoral de Conicet; de 2018 a 2021 Becaria Posdoctoral del mismo organismo; y en la actualidad continúa como investigadora.

 

La investigación.

 

La científica junto a Javier Breccia, director del Laboratorio de Microbiología y Biocatálisis del Departamento de Química de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, trabajó sobre un compuesto que se había logrado sintetizar y que mostraba un comportamiento en tumores cancerígenos. También participó el director de Terapia Genética del Hospital Austral, Guillermo Mazzolini. “Hoy el equipo está integrado por 14 personas entre becarios, investigadores y personal de apoyo de Conicet. El laboratorio de Biocatálisis se inició hace más de 20 años y tiene varias lineas de investigación; y una estudia la modificación de compuestos bioactivos y su posterior aplicación sobre tumores de origen gastrointestinal”, sostuvo Weiz.

 

Y agregó: “En particular uno de los compuestos modificados presenta efecto antitumoral en cáncer de hígado. En el año 2020 decidimos patentar esta molécula y se encuentra en una etapa avanzada de este trámite. La proteína con la cual se obtiene el compuesto se descubrió en el año 2005 y fue patentada en 2011. Es decir, son dos patentes distintas; una fue en 2011 por el descubrimiento de la proteína -participó gente que incluso hoy ya no está en el laboratorio-- y otra es el uso de esta proteína para la obtención de un compuesto con efecto antitumoral sobre el cáncer de hígado presentada en el año 2020”.

 

Weiz explicó que “en 2022 publicamos un trabajo en conjunto con investigadores de la Universidad Austral y la Fundación Italiana del Hígado. Allí se demostraba la reducción del tamaño del volumen tumoral de los ratones que fueron tratados con el compuesto. Además se advirtió que no produjo daños sobre otros tejidos u órganos, lo que implicaría una disminución de los efectos adversos y por lo tanto una mejor calidad de vida de los pacientes”.

 

Gisela y su familia -su esposo y su pequeño hijo- viajaron a Triestre, Italia, para estudiar el efecto antitumoral del compuesto sobre el cáncer de hígado. “Llegamos el 10 de marzo, día que se declaró el Covid como pandemia y debimos estar dos meses aislados en un departamento”, recordó.

 

En ese momento el director de la Fundación Italiana del Hígado, decidió abrir el laboratorio y que se realicen experimentos. “Eramos sólo tres personas en toda la Fundación que ibamos todos los días a pesar de la pandemia y de los miles de muertos por día que ocurrían en Italia durante los meses de marzo y abril”.

 

¿Prueba en humanos?

 

Finalmente en mayo de 2020 pudieron regresar a Santa Rosa. “A partir de ese momento es que tenemos este proyecto en común. Nosotros producimos el compuesto y ellos analizan sus efectos en ensayos pre clínicos. ¿La prueba en humanos? Estimamos que podría realizarse dentro de los próximos dos años, en conjunto con los investigadores de Italia y de la Universidad Austral. Para esto, primero hay que finalizar los ensayos preclínicos y nosotros acá producir grandes cantidades del compuesto para las futuras pruebas y en eso estamos”.

 

Consultada acerca de una expresión del director del proyecto Javier Breccia, sostuvo que “lo que se produce aquí es el compuesto. Es producido por una reacción enzimática (es decir, una reacción llevada a cabo por una proteína) en un laboratorio en el Campus de enseñanza de la UNLPam (en la ruta 35) por investigadores formados en la Universidad Nacional de La Plata, que desarrollan sus tareas en esta institución”.

 

Un grupo de trabajo.

 

Recordó que “esta investigación comenzó hace mucho años y trabajaron muchas personas para llegar a esta instancia, porque cabe resaltar que este tipo de avances no se logran de manera unipersonal. Y yo no podría estar hablando con ustedes si no estuviera respaldada por un grupo de trabajo; porque está claro que el compuesto no es mio sino consecuencia del trabajo colectivo de las personas que están y estuvieron en el laboratorio de Biocatálisis”, aclaró.

 

Y completó sobre el tema: “Como tampoco es nuestra la patente... nosotros somos los inventores, pero la Universidad de La Pampa, el Conicet y la Universidad Austral son los propietarios. Investigar en la provincia de La Pampa no es una tarea sencilla, la masa crítica de investigadores en esta área no es alta y muchas veces nos sentimos solos”, admitió.

 

Weiz razonó acerca de que no se sabe “hasta donde va a llegar este compuesto, porque sólo el 10% de los medicamentos que ingresan a fase clínica llegan a ser aprobados para su comercialización”.

 

Educación pública.

 

Tuvo un párrafo para el desfinancimiento que están sufriendo las Universidades y el Conicet. “Es muy grande, y respecto a la investigación hay que decir que los proyectos se pagan a cuenta gotas o no se pagan. Así es muy difícil continuar desarrollando nuestro trabajo”.

 

Sobre la multitudinaria marcha en defensa de la universidad pública, dijo que su deseo es “que ojalá haya sido comprendida como lo que fue: una movilización de la sociedad en contra del arancelamiento de las universidades y de su desfinanciamiento. Y fue organizada por estudiantes, docentes y no docentes, y más allá que distintos movimientos y partidos políticos acompañaron, creo que ninguno de ellos tiene el poder de generar una movilización tan masiva”.

 

Lo que parece quedar claro -más allá de la gran importancia de la investigación que está realizando con su equipo, que sin ninguna duda la tiene- es que la universidad pública es formadora de científicos, investigadores y profesionales que avalan su trascendencia. Y que, como en el caso de Gisela, y tantos como ella -hijos de familias de trabajadores- pueden graduarse y ser parte de lo que se denomina movilidad social ascendente. Nada más, ni nada menos.

 

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